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Deconstruir la maternidad: lactancias saludables.

Interés General | Carolina Zamorano, Sofía Pividori y Aylén Gonzalez.

 

El feminismo cada día pone más temas en la agenda, la cual está repleta de deudas que debería saldar todo país con su sociedad. Mientras más nos volvemos a pensar, más nos damos cuenta de que el problema más grande de la cultura patriarcal y machista es que no sólo se limita a nuestras acciones. Hay mandatos y normas socialmente y previamente impuestas en el momento de cada elección de vida. Lamentablemente, éstas casi siempre son imperceptibles a menos que comencemos a prestar atención y visibilizarlas.

Sin lugar a dudas uno de estos temas implica todo lo que gira alrededor de la sexualidad femenina. Existen exigencias sobre las mujeres que deciden ser madres, que se dan por sentadas sin primero permitirle a una misma que pueda pensar qué quiere hacer y qué no quiere hacer. Es decir, una mujer no tiene libertades sobre acciones que implican su propio cuerpo y su propia vida. Esto muchas veces trae un malestar que no siempre es identificable y termina atentando contra nuestra salud mental. Ni hablemos del cuestionamiento de las causas de ese malestar.

Una de estas situaciones es la lactancia. Pareciera que amamantar es una cuestión obligatoria, pero ojo!


“Debe ser a escondidas, no vaya a ser cosa que alguien esté mirando esa parte de su cuerpo…”

A veces hay cosas que hacemos por “inercia” que no están mal pero sí nos hacen sentir mal.


“Como todas lo hacen, como todas lo disfrutan, yo lo tengo que disfrutar”

¿Y si no lo disfruto? ¿Qué hago?

Hay algo que está mal encarado, abordado y pensado. En la lactancia hay un único modelo de salud que se plantea en las publicidades, en vez de dos. Inconscientemente, nos imponen muchísimas limitaciones y nos sacan libertades. Inconscientemente, nos corren del eje y nos hacen sentir obligadas a pensar exclusivamente en nuestros hijos dejando de lado el cuidado de nuestras propias emociones.

Es importante, antes de continuar, que quede claro que con esto, no contradecimos en absoluto a las políticas públicas que promocionan constantemente la lactancia, porque ésta es una medida sanitaria muy importante en muchos aspectos como por ejemplo el aporte de nutrientes únicos al lactante y la protección especial a nivel inmunológico, entre otras características. Con esto, buscamos visibilizar a la población de personas en período de lactancia que deciden no hacerlo por los motivos que fueren. Somos las primeras en defender y militar la lactancia, viéndola como una situación de goce de la persona que amamanta y de salud alimentaria para el lactante que se alimenta y protege.

El Estado Nacional Argentino ha logrado grandes avances en la protección de los derechos de las mujeres en el período de lactancia, promulgando y actualizando las siguientes leyes¹: Ley Nº 26.873 (Lactancia Materna. Promoción y Concientización Pública), Ley 2.958 (Implementación de lactarios en las instituciones del sector público), Ley Nº 20.744 (Ley de Contrato de trabajo), Ley Nº 27.305 (Leche medicamentosa) y Dto. 22-2015 (reglamentación de la Ley de la Ley 26.873).

Éstas se encargan de cumplir y respaldar los derechos de las madres y de los lactantes, en los ámbitos laborales, garantizandoles tiempo y espacio, y poner a disposición información válida y asistencia desde los efectores de salud siempre que sea necesario.

Pero, no es suficiente, estas leyes sólo incluyen a las mujeres que deciden llevar adelante la lactancia e invisibiliza a las mujeres que deciden no amamantar, que a su vez, aún cargan con el prejuicio y la discriminación social.


...“¿Por qué no le das teta?”
"No lo has intentado lo suficiente"
"Debes hacerlo por tu bebé"
“Ay pobrecito, ¿por qué mamadera? El nene llora porque tiene ganas de tomar teta.”
“Que mala madre”...

¿Hay que amamantar para ser una buena madre? ¿Qué es ser una buena madre?

Es lamentable sentir tantas exigencias en tan sólo una línea. Lo peor es que lo tenemos incorporado, naturalizado, en lo más profundo de nuestros seres. La lactancia no sólo implica un acto de amor de la madre hacia el niñe. La lactancia implica tiempo, deseo, salud y un ambiente adecuado para llevarla a cabo. Desafortunadamente, no siempre se cuenta con estos requisitos. Por otro lado, la lactancia oculta eventos de depresión, mastitis, lesiones en la piel, y muchas veces la leche materna no alcanza a cubrir el ritmo de alimentación del lactante, lo cual agrava las situaciones de angustia y la frustración en primer lugar de no poder cumplir con las necesidades alimentarias del hije y en segundo lugar, frustración de no poder cumpli con el mandato social establecido. Entonces, ante dichas condiciones comienzan a aparecer las exigencias mencionadas, que reiteradas veces, atacan y ejercen violencia hacia la integridad de toda persona en periodo de lactancia en distintos aspectos (psicológica, física, social, económica y políticamente), y debemos dejarlas de lado.


¿Qué consideramos necesario?


Consideramos necesario que se tenga en cuenta a todas las mujeres en período de lactancia y se sigan creando y mejorando políticas públicas que las incluyan. Todas las mujeres que deciden no amamantar deben poder acceder a la leche envasada para lactantes durante todo su período de consumo. La compra de leche envasada no debe ser una restricción a la voluntad de las mujeres que deciden sobre sus cuerpos y su maternidad.


No debemos olvidar que siempre las mujeres deben estar en el centro de atención, y los organismo correspondientes deben proveerles el asesoramiento, la información y el apoyo necesario para que ellas mismas tomen las decisiones de cómo llevar adelante su propia maternidad sin perjudicar a su hije, y su decisión debe ser respetada en todos los casos.



Bibliografía:


¹ Marco legal de la protección de la lactancia. Ministerio de Salud Argentina. Disponible en: http://www.msal.gob.ar/plan-reduccion-mortalidad/boletin/lactancia/noti5.php


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