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Nuestros primeros médicos

Comunidad | Graciela Etchevest

 

El texto que sigue tiene por objetivo recordar los momentos claves de los estudios médicos en nuestro territorio. Sus avances fueron lentos y trabajosos porque estuvieron plagados de contratiempos. Por un lado, era ésta una zona con poca población, de poco desarrollo y con escasa inversión en infraestructura sanitaria. Por otro, las guerras de conquista, de independencia y luego las civiles minaron los recursos materiales y financieros. Los estudios relacionados con la salud se difundieron más por necesidad que por responder a un proyecto general. La situación tenderá a cambiar luego de mediados del siglo XIX.

Desde su llegada a América, junto con descubridores y conquistadores, España fomentó que médicos acompañarán las expediciones como integrantes de los contingentes militares. El inicio de la conquista y la fundación de Buenos Aires en 1536, contó con la presencia de especialistas en Medicina. Así, con don Pedro de Mendoza llegaron dos cirujanos, y a principios del siglo XVII ya había cuatro médicos en la ciudad. Las actas del Cabildo muestran que esta institución era la que otorgaba el permiso para ejercer y fijaba las obligaciones y el pago que recibirían los profesionales.

Esta rigidez es común a toda América ya que desde el siglo XV, España decidió que la Medicina fuera la primera profesión sometida a un riguroso control jurídico. Para ello creó el Protomedicato, cuerpo técnico que se encargaba de vigilar el ejercicio de la Medicina y de la docencia al encargarse de la formación de profesionales.

La creación del Virreinato del Río de la Plata (1778) permitió el establecimiento del Protomedicato en nuestro territorio (1780) y se designó al Dr. Miguel O´Gorman para dirigirlo. Con él colaboró el prestigioso médico Cosme Mariano Argerich. Se trató de una medida muy necesaria destinada a evitar que la población recurriera a curanderos, charlatanes y sangradores muy populares por entonces. El Dr. O´Gorman llevó a cabo una importante labor de salud pública al fijar medidas de saneamiento, abastecimiento de agua potable, construcción de letrinas, medidas de prevención de epidemias, como, por ejemplo, la viruela, cuya vacuna se hará obligatoria a partir de 1805.



En 1798 una Real Orden autorizó al Protomedicato a organizar estudios de Medicina, por lo que en 1801 se creó la primera escuela de Medicina de la Argentina, que tomó como modelo el de la Universidad de Edimburgo. Funcionaba en las hoy calles Perú y Alsina y en las aulas del Real Colegio de San Carlos, futuro Colegio Nacional de Buenos Aires.

Los estudios universitarios en el Río de la Plata no tuvieron trascendencia hasta ese entonces porque sólo existía la Universidad de Córdoba fundada en el primer cuarto del siglo XVII. En ella se impartían enseñanzas filosófico-teológicas debido a que su objetivo era formar a sacerdotes y a futuros dirigentes. Recién en el siglo XIX con la llegada del Deán Gregorio Funes al Rectorado, tendrá una renovación progresista y se incorporaron nuevos saberes vinculados a las ciencias y a la tecnología como aritmética, álgebra y geometría. La carrera de Medicina se inició en Córdoba en 1877.

Los saberes médicos no despertaron mucho interés en el Río de la Plata. En 1804 se inscribieron cuatro alumnos, y en 1807 y 1810, ninguno. La causa de ello pudo haber sido que al recibirse los estudiantes debían participar en las Guerras de la Independencia. La necesidad bélica llevó a la Asamblea de 1813 a crear el Instituto Médico Militar, con el objetivo de dotar a los ejércitos de médicos y cirujanos. En él participarán Cosme Argerich como director, Francisco Cosme Argerich, Juan José Montes de Oca y el famoso catedrático Francisco Javier Muñiz.

El gobierno de Martín Rodríguez decidió en 1821 que el Protomedicato fuera reemplazado por el Instituto Médico y simultáneamente se fundó el Departamento de Medicina de la recién creada Universidad de Buenos Aires. Lo integraban tres cátedras: Instituciones Médicas, Instituciones Quirúrgicas y Clínica Médica y Quirúrgica. Allí se trabajaba con textos de origen francés e italiano por ser los más destacados de la época. Luego de dos años contó con una sala de disecciones. En 1827 se recibió la primera camada de profesionales que podían doctorarse en las especialidades Medicina o Cirugía, previa presentación de una tesis.

Los treinta años que siguieron fueron muy difíciles para la Universidad ya que fue la época de las guerras civiles en las que el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, no consideraba a los estudios universitarios como esenciales. Al terminar su gobierno (1852), la Escuela de Medicina fue separada de la Universidad, que pasó a depender del gobierno provincial, se restableció la antigua Academia de Medicina con jerarquía de Facultad. Fue su primer presidente (decano) el doctor Juan Antonio Fernández. En 1858 se inauguró el edificio de la Facultad frente a la iglesia de San Pedro Telmo, junto con la biblioteca (1863), y se crearon nuevas cátedras. Paralelamente se iniciaron los estudios universitarios de Odontología, Obstetricia y Farmacia.



En 1874 la Facultad de Medicina volvió a la Universidad de Buenos Aires y en 1880 se inaugura el Hospital de Buenos Aires en la calle Córdoba (Plaza Houssay), el que recién a partir de la Federalización de Buenos Aires, pasará a depender de la Facultad con el nombre de Hospital de Clínicas. Para completar la actividad y por necesidad, a su frente se construyó e inauguró (1895) la Escuela Práctica de Medicina y Morgue (edificio nuevo de la Facultad de Ciencias Económicas) y se creó el primer Instituto de Anatomía Patológica.



A modo de cierre, mucho tiempo había transcurrido hasta que el interés científico ocupó un lugar central en la historia de la educación superior en la Argentina. El racionalismo de la clase dirigente posterior a la caída de Rosas y muy especialmente, los postulados de progreso y modernización introducidos por el Positivismo, pondrá el acento en la necesidad de profundizar e invertir en la enseñanza en todos sus niveles. La Universidad no será la excepción.


Graciela Etchevest

Profesora de Historia, docente en la UBA (Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado) y en la UMSA (Civilización de los países de Lengua Castellana II e Historia y Geografía Económica Argentina)

Mail: graet53@yahoo.com.ar




Referencias bibliográficas

-Buchbinder, Pablo. “La Universidades en la Argentina: una brevísima historia.” https://www.vocesenelfenix.com/content/

-Buchbinder, Pablo:” Historia de las Universidades Argentinas”.Editorial Sudamericana Buenos Aires, 2005

-Gómez-Gallo, Alvaro:” La medicina en el descubrimiento de América” Gaceta Médica de México Vol.139 No. 5, 2003.

-Instituto de Historia de la Medicina (Departamento de Humanidades Médicas), la Biblioteca Central "Juan José Montes de Oca" y la Dirección General de Organización y Sistemas. “Historia de la Facultad de Medicina” https://www.fmed.uba.ar/la-facultad/historia

-Pérgola, Federico: “Los Primeros Médicos en el Río de la Plata” Academia Nacional de Ciencias.

-Sansarricq, Silvina-Ibarra, Eduardo: “Historia de la Universidad en la Argentina”.UNNOBA


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